El impacto del ruido en la audición
La sociedad moderna nos expone a sonidos excesivamente altos que afectan nuestra audición de manera considerable, a veces de forma irreversible (ver cita). Durante la exposición a ruidos intensos, el oído trabaja arduamente para procesar el sonido, generando desechos metabólicos que dañan las células sensoriales. Por este motivo, el silencio después de la exposición a ruidos fuertes es esencial, ya que permite al oído recuperarse y eliminar esta acumulación de desechos que lo intoxican.
Factores que influyen en el daño auditivo
Existen tres factores principales que determinan el nivel de daño causado por la exposición al ruido:
1. La intensidad del ruido: Ruidos extremadamente intensos, incluso si son de breve duración, pueden causar daños irreversibles en el oído. Ejemplos incluyen explosiones, estar cerca de un parlante durante una fiesta o pasar una noche con música a muy alto volumen. Estos eventos pueden generar pérdida de audición y acúfenos o tinnitus permanentes.
2. Las horas de exposición: Aunque el ruido no sea muy intenso, una exposición prolongada puede producir el mismo daño irreversible. Casos comunes incluyen viajar en transporte público, estar cerca de un motor ruidoso o escuchar la radio a todo volumen durante varias horas.
3. La genética: Algunas personas tienen mayor predisposición al daño auditivo. Frente al mismo nivel de ruido, hay quienes sufren más daño que otros. Si después de una exposición a ruidos intensos siente un zumbido en los oídos, esto indica que ha ocurrido algún grado de daño. En estos casos, es recomendable permanecer en ambientes silenciosos durante algunos días, ya que la mayoría de estas situaciones son reversibles.
Importancia de los controles auditivos
Realizar controles periódicos de audición es fundamental. El trauma acústico es una de las principales causas de pérdida de audición (hipoacusia) y de tinnitus o acúfenos. Hoy en día existen recursos en línea, como nuestra audiometría, para monitorear su audición. Sin embargo, es importante recordar que estos recursos no sustituyen la consulta con un especialista.